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EL CAMINO DE MARÍA

Editores de

"El Camino de María"

Newsletter número 10

 

4 DE OCTUBRE: JORNADA MUNDIAL DEL ROSARIO

Hola %FullName%, 

En estas últimas semanas del Año del Rosario, sintámonos más unidos que nunca en el rezo del Santo Rosario, de manera particular por JUAN PABLO II, por su salud y por sus intenciones.


Con la imagen de la Nuestra Señora del Rosario (*) que se venera en Pompeya,  y la invitación a unirse a la Jornada Mundial del Rosario  presentamos la Edición N.10 de  "El Camino de María", Newsletter Semanal con Textos para hacer oración con la Madre del Redentor, extraídos de la Catequesis del Santo Padre. 

Todas las ediciones del mes de octubre de El Camino de María  estarán dedicadas a contemplar el Santo Rosario. Recordemos, con palabras del Papa, que "...El Rosario ofrece el 'secreto' para abrirse más fácilmente a un conocimiento profundo y comprometido de Cristo. Podríamos llamarlo  El Camino de María...." . Los temas de esta edición son:

1 - El Rosario, aunque se distingue por su carácter Mariano, es una oración centrada en la Cristología.  (Rosarium Virginis Mariae, punto 1)

2 - Año del Rosario. (Rosarium Virginis Mariae, punto 2)

3 - La Virgen del Rosario (Rosarium Virginis Mariae, punto 17)

4 - Los Misterios de Gozo (Rosarium Virginis Mariae, punto 20)

Continuamos publicando  resúmenes de las setenta  Audiencias dedicadas a la "Catequesis Mariana", en el orden en que fueron realizadas por Juan Pablo II, entre el 13 de septiembre de 1995 ("Presencia de María en el origen de la Iglesia")  y el 12 de noviembre de 1997 ("Madre de la unidad y de la esperanza"). Hoy "El rostro de la Madre del Redentor"

El tercer punto de la Carta Encíclica "Redemptoris Mater" que estamos publicando nos dice que: "María apareció antes de Cristo en el horizonte de la salvación".

Les enviamos el programa  elaborado por la Santa Sede para celebrar el 25to. Aniversario del Pontificado de Juan Pablo II.  Incluye una reunión de cardenales y obispos de todo el mundo, una Misa, un concierto y la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.

Con motivo de la Fiesta de San Francisco de Asís, que se celebra el 4 de octubre,  Maria Rosa, Administradora de la Lista "Amigos de San Francisco de Asís", nos ha enviado un texto sobre la devoción mariana de San Francisco, titulado: "María es Reina de todo lo creado por el Padre". Muchas gracias Maria Rosa!

Nos despedimos de Usted hasta la próxima semana, implorando la bendición y protección de la Virgen María,  a través del   "Saludo a la Bienaventurada Virgen María"  de San Francisco de Asís.

Salve, Señora, santa Reina, 

santa Madre de Dios María, 

que eres virgen hecha Iglesia 

y elegida por el santísimo Padre del cielo, 

consagrada por él con su santísimo Hijo amado 

y el Espíritu Santo Paráclito,      

en la que estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien.

Salve, palacio suyo; salve, tienda suya;

salve, casa suya; salve, vestidura suya;

salve, sierva suya; salve, madre suya,

y todas vosotras, virtudes santas, 

que por la gracia y la iluminación del Espíritu Santo 

sóis infundidas en el corazón de los fieles, 

para que de infieles se vuelvan fieles a Dios.

Marisa y Eduardo Vinante  Editores de "El Camino de María"

(*) La Iglesia celebra a la Virgen bajo esta advocación el 7 de octubre. Su fiesta fue instituida por San Pío V en agradecimiento a la Virgen por su ayuda en la victoria sobre los turcos en Lepanto. En 1716 Clemente XI extendió esta fiesta a toda la Iglesia. León XIII acrecentó su importancia con la publicación de 9 encíclicas dedicadas al Rosario.

ROSARIUM VIRGINIS MARIAE - Puntos 1 y 3

"...El Rosario ofrece el 'secreto' para abrirse más fácilmente a un conocimiento profundo y comprometido de Cristo. Podríamos llamarlo el Camino de María...."

El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu de Dios, es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad. Se encuadra bien en el camino espiritual de un cristianismo que, después de dos mil años, no ha perdido nada de la novedad de los orígenes, y se siente empujado por el Espíritu de Dios a «remar mar adentro» (duc in altum!), para anunciar, más aún, 'proclamar' a Cristo al mundo como Señor y Salvador, «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn14, 6), el «fin de la historia humana, el punto en el que convergen los deseos de la historia y de la civilización».

El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio. En él resuena la oración de María, su perenne Magnificat por la obra de la Encarnación redentora en su seno virginal. Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor. (Punto 1)

Octubre 2002 - Octubre 2003: Año del Rosario

  Por eso, de acuerdo con las consideraciones hechas en la Carta apostólica Novo Millennio Ineunte, en la que, después de la experiencia jubilar, he invitado al Pueblo de Dios «a caminar desde Cristo», he sentido la necesidad de desarrollar una reflexión sobre el Rosario, en cierto modo como coronación mariana de dicha Carta apostólica, para exhortar a la contemplación del rostro de Cristo en compañía y a ejemplo de su Santísima Madre. Recitar el Rosario, en efecto, es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo. Para dar mayor realce a esta invitación, con ocasión del próximo ciento veinte aniversario de la mencionada Encíclica de León XIII, deseo que a lo largo del año se proponga y valore de manera particular esta oración en las diversas comunidades cristianas. Proclamo, por tanto, el año que va de este octubre a octubre de 2003 Año del Rosario.

Dejo esta indicación pastoral a la iniciativa de cada comunidad eclesial. Con ella no quiero obstaculizar, sino más bien integrar y consolidar los planes pastorales de las Iglesias particulares. Confío que sea acogida con prontitud y generosidad. El Rosario, comprendido en su pleno significado, conduce al corazón mismo del vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda espiritual y pedagógica, para la contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva evangelización. Me es grato reiterarlo recordando con gozo también otro aniversario: los 40 años del comienzo del Concilio Ecuménico Vaticano II (11 de octubre de 1962), el «gran don de gracia» dispensada por el espíritu de Dios a la Iglesia de nuestro tiempo. (Punto 3)

 

 CATEQUESIS DEL PAPA JUAN PABLO II

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NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

 ROSARIUM VIRGINIS MARIAE, punto 17 

MISTERIOS DE GOZO

  ROSARIUM VIRGINIS MARIAE, punto 20 

EL ROSTRO DE LA MADRE DEL REDENTOR

Resumen  de  la tercera de las Audiencias dedicadas a la "Catequesis Mariana". 25 de octubre de 1995.

Nuestra Señora del Rosario

El Rosario es también un itinerario de anuncio y de profundización, en el que el misterio de Cristo es presentado continuamente en los diversos aspectos de la experiencia cristiana. Es una presentación orante y contemplativa, que trata de modelar al cristiano según el corazón de Cristo. Efectivamente, si en el rezo del Rosario se valoran adecuadamente todos sus elementos para una meditación eficaz, se da, especialmente en la celebración comunitaria en las parroquias y los santuarios, una significativa oportunidad catequética que los Pastores deben saber aprovechar. La Virgen del Rosario continúa también de este modo su obra de anunciar a Cristo. La historia del Rosario muestra cómo esta oración ha sido utilizada especialmente por los Dominicos, en un momento difícil para la Iglesia a causa de la difusión de la herejía. Hoy estamos ante nuevos desafíos. ¿Por qué no volver a tomar en la mano las cuentas del rosario con la fe de quienes nos han precedido? El Rosario conserva toda su fuerza y sigue siendo un recurso importante en el bagaje pastoral de todo buen evangelizador. 

Misterios de gozo 

 

El primer ciclo, el de los «misterios gozosos», se caracteriza efectivamente por el gozo que produce el acontecimiento de la encarnación. Esto es evidente desde la anunciación, cuando el saludo de Gabriel a la Virgen de Nazaret se une a la invitación a la alegría mesiánica: «Alégrate, María». A este anuncio apunta toda la historia de la salvación, es más, en cierto modo, la historia misma del mundo. En efecto, si el designio del Padre es de recapitular en Cristo todas las cosas (cf. Ef 1, 10), el don divino con el que el Padre se acerca a María para hacerla Madre de su Hijo alcanza a todo el universo. A su vez, toda la humanidad está como implicada en el fiat con el que Ella responde prontamente a la voluntad de Dios.

El regocijo se percibe en la escena del encuentro con Isabel, dónde la voz misma de María y la presencia de Cristo en su seno hacen «saltar de alegría» a Juan (cf. Lc 1, 44). Repleta de gozo es la escena de Belén, donde el nacimiento del divino Niño, el Salvador del mundo, es cantado por los ángeles y anunciado a los pastores como «una gran alegría» (Lc 2, 10).

Pero ya los dos últimos misterios, aun conservando el sabor de la alegría, anticipan indicios del drama. En efecto, la presentación en el templo, a la vez que expresa la dicha de la consagración y extasía al viejo Simeón, contiene también la profecía de que el Niño será «señal de contradicción» para Israel y de que una espada traspasará el alma de la Madre (cf. Lc 2, 34-35). Gozoso y dramático al mismo tiempo es también el episodio de Jesús de 12 años en el templo. Aparece con su sabiduría divina mientras escucha y pregunta, y ejerciendo sustancialmente el papel de quien 'enseña'. La revelación de su misterio de Hijo, dedicado enteramente a las cosas del Padre, anuncia aquella radicalidad evangélica que, ante las exigencias absolutas del Reino, cuestiona hasta los más profundos lazos de afecto humano. José y María mismos, sobresaltados y angustiados, «no comprendieron» sus palabras (Lc 2, 50).


De este modo, meditar los misterios «gozosos» significa adentrarse en los motivos últimos de la alegría cristiana y en su sentido más profundo. Significa fijar la mirada sobre lo concreto del misterio de la Encarnación y sobre el sombrío preanuncio del misterio del dolor salvífico. María nos ayuda a aprender el secreto de la alegría cristiana, recordándonos que el cristianismo es ante todo evangelio, 'buena noticia', que tiene su centro o, mejor dicho, su contenido mismo, en la persona de Cristo, el Verbo hecho carne, único Salvador del mundo.

ROSARIUM VIRGINIS MARIAE, punto 20.
 

El rostro de la Madre del Redentor

 
 
El Concilio, al afirmar que a la Virgen María «se la reconoce y se la venera como verdadera Madre de Dios y del Redentor» señala el vínculo que existe entre la maternidad de María y la redención.
Después de haber tomado conciencia del papel materno de María, venerada en la doctrina y en el culto de los primeros siglos como Madre virginal de Jesucristo y, por consiguiente, Madre de Dios, en la edad Media la piedad y la reflexión teológica de la Iglesia profundizan su colaboración en la obra del Salvador.
Este retraso se explica por el hecho de que el esfuerzo de los Padres de la Iglesia y de los primeros Concilios ecuménicos, al centrarse en el misterio de la identidad de Cristo, dejó necesariamente en la sombra otros aspectos del dogma. Sólo progresivamente la verdad revelada se podrá explicitar en toda su riqueza. En el decurso de los siglos la mariología se orientará siempre en función de la cristología. La misma maternidad divina de María es proclamada en el Concilio de Éfeso, sobre todo para afirmar la unidad personal de Cristo. De forma análoga sucede con la profundización de la presencia de María en la historia de la salvación.

Resumen Audiencia "El rostro de la Madre del Redentor".  Esta fue la tercera de las Audiencias dedicadas a la "Catequesis Mariana". 25 de octubre de 1995.

REDEMPTORIS MATER - Punto 3 
      
María apareció antes de Cristo en el horizonte de la historia de la salvación 
 
La circunstancia que ahora me empuja a volver sobre este tema es la perspectiva del año dos mil, ya cercano, en el que el Jubileo bimilenario del nacimiento de Jesucristo orienta, al mismo tiempo, nuestra mirada hacia su Madre. En los últimos años se han alzado varias voces para exponer la oportunidad de hacer preceder tal conmemoración por un análogo Jubileo, dedicado a la celebración del nacimiento de María.

En realidad, aunque no sea posible establecer un preciso punto cronológico para fijar la fecha del nacimiento de María, es constante por parte de la Iglesia la conciencia de que María apareció antes de Cristo en el horizonte de la historia de la salvación.6 Es un hecho que, mientras se acercaba definitivamente « la plenitud de los tiempos », o sea el acontecimiento salvífico del Emmanuel, la que había sido destinada desde la eternidad para ser su Madre ya existía en la tierra. Este « preceder » suyo a la venida de Cristo se refleja cada año en la liturgia de Adviento. Por consiguiente, si los años que se acercan a la conclusión del segundo Milenio después de Cristo y al comienzo del tercero se refieren a aquella antigua espera histórica del Salvador, es plenamente comprensible que en este período deseemos dirigirnos de modo particular a la que, en la « noche » de la espera de Adviento, comenzó a resplandecer como una verdadera « estrella de la mañana » (Stella matutina). En efecto, igual que esta estrella junto con la « aurora » precede la salida del sol, así María desde su concepción inmaculada ha precedido la venida del Salvador, la salida del « sol de justicia » en la historia del género humano.7

Su presencia en medio de Israel —tan discreta que pasó casi inobservada a los ojos de sus contemporáneos— resplandecía claramente ante el Eterno, el cual había asociado a esta escondida « hija de Sión » (cf. So 3, 14; Za 2, 14) al plan salvífico que abarcaba toda la historia de la humanidad. Con razón pues, al término del segundo Milenio, nosotros los cristianos, que sabemos como el plan providencial de la Santísima Trinidad sea la realidad central de la revelación y de la fe, sentimos la necesidad de poner de relieve la presencia singular de la Madre de Cristo en la historia, especialmente durante estos últimos años anteriores al dos mil.

(Redemptoris Mater, 3)

25 ANIVERSARIO DEL PONTIFICADO 

       Del 15 al 19 de octubre, la Santa Sede celebrará el 25to. Aniversario del Pontificado de Juan Pablo II, con un programa que incluye una reunión de cardenales y obispos de todo el mundo, una Misa, un concierto y la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, entrañable amiga del Santo Padre.

Según el programa anunciado por la Santa Sede, el 15 de octubre comenzará la cita de cuatro días de duración de los 164 miembros del Colegio Cardenalicio.

Al día siguiente, en la mañana del 16 de octubre, aniversario 25 de su elección, el Pontífice firmará la exhortación apostólica postsinodal de 2001 dedicada al ministerio episcopal.

Ese mismo día, a las 18 horas, se celebrará una Misa en la Plaza de San Pedro para conmemorar el acontecimiento.

El viernes 17 de octubre, a las 18 horas en el Aula Pablo VI, el coro y la orquesta de Leipzig dedicará al Papa un concierto que comprende la ejecución de la Novena Sinfonía de Beethoven y del "Ecce Sacerdos Magnus" de Bruckner.

El Santo Padre intervendrá en la última sesión del Colegio Cardenalicio el sábado, 18 de octubre. Su discurso seguirá a la presentación de un mensaje que todos los cardenales le dirigirán.

A las 13 horas, almorzará con los cardenales, responsables de los dicasterios  presidentes de las conferencias episcopales y patriarcas. A las 17:30 horas se celebrará una vigilia misionera en el Aula Pablo VI.

El domingo 19 de octubre, Jornada Misionera Mundial, el Papa presidirá a las 10 de la mañana, en la Plaza de San Pedro, la misa durante la que beatificará a Madre Teresa de Calcuta.

San Francisco de Asís - Fiesta: 4 de Octubre
 
MARIA ES REINA DE TODO LO CREADO POR EL PADRE
 
San Francisco de Asís
 
Mirad a Cristo Hijo de Maria El es Rey..tambien su Madre es Reina...Si al nombre del Hijo doblan las rodillas y le rinden culto los cielos, la tierra y los abismos, tambien deben los hombres rendirle homenaje a la Madre del gran Rey. Como Cristo es el Señor, asi Maria es la Señora y Soberana..A solo su nombre, tiemblan los demonios, alégrense hermanos una es la carne de Maria y la de Cristo, desde el dia en que fue dicho: EL SEÑOR ES CONTIGO...... La Madre es inseparable del Hijo, fisicamente El y Ella son lo mismo por identidad...en la compenetración de la Madre y del Hijo en orden a la salvación del mundo, en el plan divino de la redención no se conciben el uno sin la otra, ni se logra sin ambos la restauración de todas las cosas.
Hermanos desde el momento en que Maria Santisima ha sido elevada a estas alturas de la providencia de Dios, solidariamente con su Hijo, ejerce esta providencia universal, asociada a su Hijo en el regimen del mundo, ya que reinar es función de providencia..

LLEVÓ HERMANOS  EN SU SENO AL REY DE REYES POR VOLUNTAD DIVINA, ES MADRE DEL REY, ELLA TAMBIEN ES REINA Y DIVINA

(Textos enviado por María Rosa, Administradora de la Lista "Amigos de San Francisco de Asís", cuya dirección en internet es: 

http://groups.msn.com/AmigosdeSanFranciscodeAsis

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