CORAZÓN DE JESÚS: EN QUIEN ESTÁN TODOS LOS TESOROS DE LA SABIDURÍA Y DE LA CIENCIA

 

 

Meditación  décimo-segundo día 

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

 

Las 12 Promesas de Nuestro Señor a los devotos de su Sagrado Corazón

 

 

 

ORACIÓN 

 Oh Dios, que por medio del Corazón de tu Hijo, herido por nuestras culpas, te dignas, en tu Misericordia infinita, darnos los tesoros de tu amor; te pedimos nos concedas que, al presentarte el devoto obsequio de nuestra piedad, le ofrezcamos también el homenaje de una digna satisfacción. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

 

 

CATEQUESIS DEL PAPA JUAN PABLO II

CORAZÓN DE JESÚS: EN QUIEN ESTÁN TODOS LOS TESOROS DE LA SABIDURÍA Y DE LA CIENCIA

Ángelus, 1 de septiembre de 1985

"...La ciencia humana es como el agua de nuestros fuentes: quien la bebe, vuelve a tener sed. La sabiduría y la ciencia de Jesús, en cambio, abren los ojos de la mente, mueven el corazón en la profundidad del ser y engendran al hombre en el amor trascendente; liberan de las tinieblas del error, de las manchas del pecado, del peligro de la muerte, y conducen a la plenitud de la comunión de esos bienes divinos, que trascienden la comprensión de la mente humana (Dei Verbum,6)..."

 CORAZÓN DE JESÚS: EN QUIEN ESTÁN TODOS LOS TESOROS DE LA SABIDURÍA Y DE LA CIENCIA

 
 
Queridos hermanos y hermanas:

1. Esta invocación de las Letanías del Sagrado Corazón, tomada de la Carta a los Colosenses (2,3), nos hace comprender la necesidad de ir al Corazón de Cristo para entrar en la plenitud de Dios.

2. La ciencia, de la que se habla, no es la ciencia que hincha (1 Co 8,2), fundada en el poder humano. Es sabiduría divina, un misterio escondido durante siglos en la mente de Dios, Creador del universo (Ef 3,9). Es una ciencia nueva, escondida a los sabios y a los entendidos del mundo, pero revelada a los pequeños (Mt 11,25), ricos en humildad, sencillez, pureza de corazón. Esta ciencia y esta sabiduría consisten en conocer el misterio de Dios invisible, que llama a los hombres a ser partícipes de su divina naturaleza y los admite a la comunión con El.

3. Nosotros sabemos estas cosas porque Dios mismo se ha dignado revelárnoslas por medio del Hijo, que es sabiduría de Dios (1 Co 1,24).

Todas las cosas que hay en la tierra y en los cielos, han sido creadas por medio de El y para El (Col 1,16). La sabiduría de Cristo es más grande que la de Salomón (Lc 11,31). Sus riquezas son inescrutables (Ef 3,8). Su amor sobrepasa todo conocimiento. Pero con la fe somos capaces de comprender, juntamente con todos los santos, su anchura, su largura, altitud y profundidad (Ef 3, 18). Al conocer a Jesús, conocemos también a Dios. El que le ve a El, ve al Padre (Jn 14,9). Con El apareció el amor de Dios en nuestros corazones (Rm 5,5).

4. La ciencia humana es como el agua de nuestros fuentes: quien la bebe, vuelve a tener sed. La sabiduría y la ciencia de Jesús, en cambio, abren los ojos de la mente, mueven el corazón en la profundidad del ser y engendran al hombre en el amor trascendente; liberan de las tinieblas del error, de las manchas del pecado, del peligro de la muerte, y conducen a la plenitud de la comunión de esos bienes divinos, que trascienden la comprensión de la mente humana (Dei Verbum,6).

5. Con la sabiduría y la ciencia de Jesús, nos arraigamos, y fundamentamos en la caridad (Ef 3,17). Se crea el hombre nuevo, interior, que pone a Dios en el centro de su vida y a sí mismo al servicio de los hermanos. Es el grado de perfección que alcanza María, Madre de Jesús y Madre nuestra: ejemplo único de criatura nueva, enriquecida con la plenitud de gracia y dispuesta a cumplir la voluntad de Dios" "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Y por esto, nosotros la invocamos como "Trono de la Sabiduría". Al rezar el Ángelus, pidámosle que nos haga como Ella y como su Hijo.

LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO

 

Con el misterio de la Sangre Salvadora se relacionan o remiten al mismo:

- el acontecimiento de la Encarnación del Verbo (cfr. Jn 1,14) y el rito de incorporación del recién nacido Jesús al pueblo de la Antigua Alianza, mediante la circuncisión (cfr. Lc 2,21);

- la figura bíblica del Cordero, con una multitud de aspectos e implicaciones: "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29.36); en la que confluye la imagen del "Siervo sufriente" de Isaías 53, que carga sobre sí los sufrimientos y el pecado de la humanidad (cfr. Is 53,4-5); "Cordero pascual" (cfr. Ex 12,1; Jn 12,36), símbolo de la redención de Israel (cfr. Hech 8,31-35; 1 Cor 5,7; 1 Pe 1,18-20);

- el "cáliz de la pasión", del que habla Jesús, aludiendo a su inminente muerte redentora, cuando pregunta a los hijos de Zebedeo: "¿Podéis beber el cáliz que yo voy a beber?" (Mt 20,22; cfr. Mc 10,38) y el cáliz de la agonía del huerto de los olivos (cfr. Lc 22,42-43), acompañado del sudor de sangre (cfr. Lc 22,44);

- el cáliz eucarístico, que en el signo del vino contiene la Sangre de la Alianza nueva y eterna, derramada por la remisión de los pecados, y es memorial de la Pascua del Señor (cfr. 1 Cor 11,25) y bebida de salvación, conforme a las palabras del Maestro: "el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día" (Jn 6,54);

- el acontecimiento de la muerte, porque mediante la sangre derramada en la Cruz, Cristo puso en paz el cielo y la tierra (cfr. Col 1,20);

- el golpe de la lanza que atravesó al Cordero inmolado, de cuyo costado abierto brotaron sangre y agua (cfr. Jn 19,34), testimonio de la redención realizada, signo de la vida sacramental de la Iglesia – agua y sangre, Bautismo y Eucaristía -, símbolo de la Iglesia nacida de Cristo dormido en la Cruz. .(Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, año 2002, punto 175).

ORACIÓN 

 Oh Dios Todopoderoso y Eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y concede el perdón a quienes te piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

© 2003-2005 MariaMediadora™ - All Rights Reserved

webmaster@SantoRosario.info - webmaster@MariaMediadora.com