CORAZÓN DE JESÚS, DE CUYA PLENITUD TODOS HEMOS RECIBIDO

 

 

Meditación  décimo-quinto día 

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

 

Las 12 Promesas de Nuestro Señor a los devotos de su Sagrado Corazón

 

 

 

ORACIÓN 

 Oh Dios, que por medio del Corazón de tu Hijo, herido por nuestras culpas, te dignas, en tu Misericordia infinita, darnos los tesoros de tu amor; te pedimos nos concedas que, al presentarte el devoto obsequio de nuestra piedad, le ofrezcamos también el homenaje de una digna satisfacción. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

 

 

CATEQUESIS DEL PAPA JUAN PABLO II

CORAZÓN DE JESÚS, DE CUYA PLENITUD TODOS HEMOS RECIBIDO

Ángelus, 13 de julio de 1986

"...¿Qué es lo que determina la plenitud del Corazón? ¿Cuándo podemos decir que el corazón está pleno? ¿De qué está lleno el Corazón de Jesús? Está lleno de Amor. El amor decide sobre esta plenitud del Corazón del Hijo de Dios, a la que nos dirigimos hoy en la oración. Es un Corazón lleno de Amor del Padre: lleno al modo divino y al mismo tiempo humano. En efecto, el Corazón de Jesús es verdaderamente el Corazón humano de Dios Hijo. Está pues, lleno de amor filial todo lo que Él ha hecho y dicho en la tierra da testimonio precisamente de ese amor filial..."

CORAZÓN DE JESÚS, DE CUYA PLENITUD TODOS HEMOS RECIBIDO

 
 
Queridos hermanos y hermanas:

1.Congregados para rezar el Ángelus, nos unimos a María en el momento de la Anunciación, cuando el Verbo se hizo carne y vino a habitar bajo su Corazón: el Corazón de la Madre. Nos unimos, pues, al Corazón de la Madre, que desde el momento de la concepción conoce mejor el corazón humano de su divino Hijo: "De su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia" así escribe el Evangelista Juan (Jn 1,16).

2. ¿Qué es lo que determina la plenitud del Corazón? ¿Cuándo podemos decir que el corazón está pleno? ¿De qué está lleno el Corazón de Jesús? Está lleno de Amor. El amor decide sobre esta plenitud del corazón del Hijo de Dios, a la que nos dirigimos hoy en la oración. Es un Corazón lleno de Amor del Padre: lleno al modo divino y al mismo tiempo humano. En efecto, el Corazón de Jesús es verdaderamente el Corazón humano de Dios Hijo. Está pues, lleno de amor filial todo lo que Él ha hecho y dicho en la tierra da testimonio precisamente de ese amor filial.

3. Al mismo tiempo el amor filial del Corazón de Jesús ha revelado y revela continuamente al mundo el Amor del Padre. El Padre, en efecto, "tanto amó al mundo, que le dio su unigénito Hijo" (En 3,16) para la salvación del mundo; para la salvación del hombre, para que él "no perezca, sino que tengo la vida eterna" (ib.).El Corazón de Jesús está por tanto lleno de amor al hombre. Está lleno de amor a la criatura. Lleno de amor al mundo. ¡Está totalmente lleno! Esa plenitud no se agota nunca. Cuando la humanidad gasta los recursos materiales de la tierra, del agua, del aire, estos recursos disminuyen, y poco a poco se acaban. Se habla mucho de este tema relativo a la explotación acelerada de dichos recursos que se lleva a cabo en nuestros días. De aquí derivan advertencias tales como: "No explotar sobre medida". Muy distinto sucede con el amor. Todo lo contrario sucede con la plenitud del Corazón de Jesús. No se agota nunca, ni se agotará jamás. De esta plenitud todos recibimos gracia sobre gracia. Sólo es necesario que se dilate la medida de nuestro corazón, nuestra disponibilidad para sacar de esa sobreabundancia de amor. Precisamente para esto nos unimos al Corazón de María.

BREVE HISTORIA DE LA VENERACIÓN DE LA SANGRE DE CRISTO

 

La veneración de la Sangre de Cristo ha pasado del culto litúrgico a la piedad popular, en la que tiene un amplio espacio y numerosas expresiones. Entre éstas hay que recordar:

- la Corona de la preciosa Sangre de Cristo, en la que con lecturas bíblicas y oraciones son objeto de meditación piadosa "siete efusiones de sangre" de Cristo, explícita o implícitamente recordadas en los Evangelios: la sangre derramada en la circuncisión, en el huerto de los olivos, en la flagelación, en la coronación de espinas, en la subida al Monte Calvario, en la crucifixión, en el golpe de la lanza;

- las Letanías de la Sangre de Cristo: el formulario actual, aprobado por el Papa Juan XXIII el 24 de Febrero de 1960, se despliega desde un argumento en el que la línea histórico-salvífica es claramente visible y las referencias a pasajes bíblicos son numerosas;

- la Hora de adoración a la preciosa Sangre de Cristo, que adquiere una gran variedad de formas, pero con un único objetivo: la alabanza y la adoración de la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía, el agradecimiento por los dones de la redención, la intercesión para alcanzar misericordia y perdón, la ofrenda de la Sangre preciosa por el bien de la Iglesia;

- el Vía Sanguinis: un ejercicio de piedad reciente que, por motivos antropológicos y culturales, ha tenido su origen en África, donde hoy está particularmente extendido entre las comunidades cristianas. En el Vía Sanguinis los fieles, avanzando de un lugar a otro como en el Vía Crucis, reviven los diversos momentos en los que el Señor Jesús derramó su sangre por nuestra salvación. (Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, año 2002, punto 178)

ORACIÓN 

 Oh Dios Todopoderoso y Eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y concede el perdón a quienes te piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

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